Tarragona 2018
En los momentos de crisis aparecen las oportunidades
No me canso de comentar que los retos son la mejor fuente de automotivación. Los retos nos mantienen activos y “vivos”, ya que nos sacan de nuestro estado de confort. El problema se presenta a la hora de adecuar los retos a las circunstancias de cada momento. La propia persona, con sus valores y convicciones, sus competencias, sus debilidades y fortalezas, pero también el contexto y las situaciones sobrevenidas, pueden convertir un reto a priori fácilmente alcanzable, en un reto de difícil consecución.
En consecuencia, tan negativo resulta el no plantearse retos de forma habitual, como plantearse retos sobredimensionados, que lejos de cumplir con los objetivos pretendidos, nos conducen a la frustración.
Todo reto lleva aparejado una serie de objetivos, más o menos complejos, cuyo cumplimiento nos va conduciendo hacia el destino final. Retos y objetivos deben cumplir con el acrónimo META: ser Medibles, Específicos, Temporales y Alcanzables.
Insisto, el plantear un reto, que en un determinado momento no sea alcanzable, muy probablemente conducirá a la frustración, la desmotivación, e incluso a estados de depresión y negación de uno mismo (no valgo para nada). ¿Te suena? Por eso en las organizaciones, los líderes, los dirigentes, deben acertar a la hora de encomendar retos y objetivos, tanto globales como los individuales asignados a cada uno de los miembros de la entidad.
En mi opinión, son dos factores los que dificultan cumplir algunos retos. El primero, está relacionado con las características del propio reto. Los plazos marcados deben ser coherentes, las necesidades económicas y humanas también. Pretender realizar algo en un plazo de tiempo menor al necesario o con falta de recursos económicos, no es una buena idea. Por lo tanto, hay que invertir el tiempo necesario en planificar adecuadamente cada acción y hacer el seguimiento y control que nos permita reaccionar a tiempo. El segundo factor tiene que ver con las competencias de las personas. Para hablar de competencias hay que tener en cuenta los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores de la persona. En muchas ocasiones, más de las que nos pensamos, asignamos funciones y retos a personas que no reúnen las competencias necesarias para desempeñarlas y alcanzarlos, incluso lo que es aún más grave, sus valores personales no están alineados con las características y exigencias de su puesto de trabajo.
En marzo de este año me brindaron la oportunidad de incorporarme a la organización de los Juegos Mediterráneos Tarragona 2017. El horizonte estaba claro, pero varias circunstancias han obligado a los representantes políticos de la ciudad a solicitar su aplazamiento al año 2018. Las condiciones del reto han cambiado. No puedo negar que para muchos ha sido una decisión complicada de asimilar, pero hay que afrontarla como una oportunidad para mejorar todo lo que se estaba haciendo.
Reto: la organización de los Juegos Mediterráneos Tarragona 2018.
Ejemplo de objetivos: redactar las diferentes guías y manuales que servirán de base para el desarrollo de los diferentes programas. Sirva como ejemplo, planificar toda la logística de transportes plasmándola en una guía que permita conocer las necesidades económicas, materiales y humanas y además dar información sobre todo el plan de transportes.
Cuando un reto debe ser alterado, es el momento de analizar, con el sosiego debido (sin prisa, pero sin pausa), el nuevo escenario y tomar las decisiones necesarias. Insisto, en los momentos complicados aparecen grandes oportunidades.
Algunas reflexiones finales:
- La no consecución de un reto, nunca debe considerarse como un fracaso, sino todo lo contrario como una oportunidad de aprendizaje. Hasta del error debemos de aprender.
- Si el reto es fuente de automotivación, la modificación del reto no debe alterar este estado anímico. Hay que sobreponerse y seguir con más fuerza.
- En estos casos es recomendable rodearse de las personas que complementen nuestras debilidades y nos ayuden a caminar con seguridad hacia ese nuevo reto.
Recuerda, el ego necesita retos. Vive con el reto (Osho).
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